miércoles, 25 de marzo de 2015

25/03/2015 ELIMINATORIAS MUNDIAL 2015. BAHAMAS - BERMUDAS


Bahamas

vs

Bermudas

8:30PM - 25 de marzo, 2015
Thomas Robinson Stadium







“Estamos muy solos aquí arriba”, comenta Mark Wade con una sonrisa que pretende suavizar la cruda realidad que esconden sus palabras. Wade es Vicepresidente de la Asociación de Fútbol de las Bermudas, un pequeño archipiélago situado a 1.030 kilómetros de las costas de Carolina del Norte. Consulten un atlas o busquen Bermudas en Internet, y por esas latitudes la verán: una mota solitaria perdida en la inmensidad del Atlántico Norte. “No lo tenemos fácil”, tercia Andrew Bascome, seleccionador nacional de las Islas Bermudas, en esta conversación con FIFA.com.
En el mapa futbolístico, las Bermudas pertenecen a la región caribeña de la Zona de la CONCACAF, pero estas islas de menos de 65.000 habitantes quedan muy al norte de las cálidas aguas del mar Caribe. Para llegar a otras naciones, como Trinidad y Tobago o Jamaica, es necesario tomar primero un vuelo a Miami (Florida) y efectuar varias escalas. Normalmente, esto implica horas y horas de viaje extenuantes. “No jugamos suficientes partidos”, añade el entrenador Bascome, quien a sus 52 años apila sus largas rastas bajo un tocado de telas de vivos colores. “Pero eso no quiere decir que no busquemos mantener una altísima calidad en nuestro juego".
En la cuarta semana de marzo, la selección de Bermudas se desplazará a Nassau (Bahamas), donde empezará su campaña de clasificación para el Mundial de 2018. Lejos de utilizar su aislamiento y problemas logísticos como excusa, el seleccionador, quien accedió al cargo en 2012, quiere causar sensación en la competición. “Deseamos acompasarnos con el fútbol moderno”, comenta en clara referencia al abandono del sistema basado en pelotazos, fulminantes extremos y entradas expeditivas que solía imperar en el fútbol caribeño. “Presionaremos arriba y pasaremos con velocidad el balón”.
Del terreno de juego al banquillo
Bascome conoce el fútbol de las Bermudas mejor que nadie. Jugó en el North Village Community Club, rival del Dandy Town Hornets por la hegemonía en la liga. Representó a la selección nacional en las categorías juvenil y absoluta. Proclamado mejor jugador de las Bermudas cuando tenía 18 años, todo apuntaba a un fichaje por el Ajax holandés. Sin embargo, una lesión de rodilla frenó en seco su carrera. “Entonces empecé los cursos para sacarme la licencia de entrenador”, desvela con entusiasmo mientras desglosa los trucos y los métodos que emplea en su trabajo. “Me quedé enganchado de inmediato. Me maravilló que el fútbol se pudiera enseñar hasta conseguir que los jugadores lo disfrutaran todavía más”.
Cuando habla de sus esperanzas para su Bermudas natal, Bascome suena como un híbrido entre Diego Simeone, José Mourinho y Pep Guardiola, los entrenadores más celebrados y mejor pagados del mundo. Pero pongamos sus declaraciones en contexto: Bermudas nunca ha estado ni siquiera cerca de meterse en un Mundial. Nunca ha disputado la Copa Oro de la CONCACAF. Nunca ha se ha clasificado para la Copa del Caribe. Sin embargo, según Bascome y el cuerpo técnico que el seleccionador ha elegido con esmero, su hora ha llegado.
“Es el mejor equipo de Bermudas que he visto jamás”, afirma John Barry Nusum, el máximo anotador de la anterior campaña de clasificación de la selección y actual ayudante de Bascome. La tabla mundial de la FIFA refrenda el entusiasmo que se respira en las islas. Bermudas ha ascendido 11 posiciones en la jerarquía mundial gracias a los recientes resultados positivos, entre ellos un empate y una victoria contra Granada. Bermudas ocupa actualmente el puesto 169º de un total de 209 naciones.
El equipo está formado por una mezcla de jugadores universitarios afincados en Estados Unidos, un puñado de profesionales de las ligas inferiores de Inglaterra y un núcleo duro de amateurs que juegan en las islas. “Bermudas siempre ha producido talentos, pero talentos en bruto”, manifiesta Bascome, a la vez que destaca la falta de estrellas de relumbrón en las filas del combinado, como en su día fue Khano Smith o, antes que él, el artillero del Manchester City Shaun Goater. “Ahora tenemos un equipo muy joven”.
Alejándose de los británicos
“Queremos desmarcarnos de la influencia inglesa”, asegura Bascome sobre su tierra natal, una colonia británica que incluye la Union Jack en su bandera. “Los equipos caribeños llevaban muchísimo tiempo practicando un fútbol de pelotazos al área”. Pero todo esto ha cambiado, insiste Bascome. “Contamos con jugadores jóvenes que han crecido viendo al Barcelona en la tele”.
La voz de Bascome adquiere un tono especial, se diría que de devoción, cuando habla del grupo de amateurs que forma el esqueleto de su equipo. Hombres que juegan tan sólo por amor a Bermudas y por amor al fútbol. “No es fácil para los muchachos de aquí. Acuden al campo de entrenamiento a las seis de la mañana y acto seguido se van a trabajar a sus respectivos empleos”, explica. “La mayoría sale del trabajo a las cuatro o las cinco de la tarde, y a las siete ya están de nuevo entrenándose bajo los focos”.
La rivalidad con Bahamas, la vecina insular más próxima a Bermudas, a poco menos de 650 kilómetros de distancia, se califica de “amistosa”. Las dos delegaciones se sentaron juntas en el sorteo de la CONCACAF en Miami, aunque el Vicepresidente Wade admitió: “Los piques y las guasas empezaron pronto aquella noche”.
La ida de la eliminatoria a dos partidos (en casa y a domicilio) se celebrará en Nassau, lo que Bascome considera una ventaja. “Mantendremos las líneas muy compactas y les costará mucho desarmarnos”, comenta sobre el choque contra Bahamas, una selección que se encuentra muy por debajo de Bermudas en la clasificación mundial. “No quiero faltarles el respeto, pero saldremos a por ellos”.
La vuelta, en casa, en Hamilton, supone una espada de doble filo para Bermudas. “La afición de aquí está loca por el fútbol y nos pone muy alto el listón”, revela el seleccionador. “Si no jugamos el tipo de fútbol que gusta a los aficionados, nos lo hacen saber”. Es decir, que si los abucheos llenan las gradas, el innovador Bascome, al igual que estas islas perdidas entre el oleaje del océano, estará totalmente solo.
El técnico, sin embargo, ambicioso y valiente, no espera otra cosa de su público. “Quiero ver buen fútbol tanto como ellos”, asegura mientras se aleja corriendo hacia otra sesión de entrenamiento.





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